Entre montañas y semidesierto, donde el paisaje parece narrar antiguos secretos, se encuentra Santa María del Río, un Pueblo Mágico profundamente ligado a las raíces mesoamericanas, la espiritualidad del México colonial y la belleza de una tradición que ha trascendido generaciones: el arte del rebozo.
Este lugar no solo es la cuna del rebozo mexicano, sino también un tesoro cultural que conserva oficios, leyendas, sabores y arquitectura con un carácter único. Visitarlo es entrar en un universo textil lleno de simbolismos, donde cada hilo lleva consigo una historia y cada prenda representa un vínculo entre el pasado y el presente.
Capital Mundial del Rebozo
Santa María del Río ostenta con orgullo el título de Capital Mundial del Rebozo. Esta prenda tradicional, que floreció desde tiempos prehispánicos y se consolidó como símbolo nacional en la época de la Revolución, continúa siendo tejida aquí con técnicas ancestrales.
En algunos talleres aún se conserva el telar de cintura, técnica que demanda precisión, paciencia y amor por el oficio. Cada rebozo puede tardar días o incluso semanas en completarse, dependiendo del tipo de hilo, los tintes —naturales o anilinas— y la complejidad del diseño.
Para entender esta riqueza artesanal, nada como visitar el Museo del Rebozo, el único en su tipo en el mundo. Este espacio resguarda carretes de hilos, herramientas antiguas y una exhibición de puntadas que narran visualmente el desarrollo de este ícono cultural. Además, se pueden adquirir piezas originales tejidas por las artesanas del pueblo, promoviendo el comercio justo y el reconocimiento al trabajo hecho a mano.
Tour “Hilos de Tradición”
Una experiencia imprescindible en Santa María del Río es el tour Hilos de Tradición, un recorrido que permite ingresar a talleres textiles donde los visitantes pueden ver, sentir y participar en el proceso de elaboración del rebozo. Desde la selección de hilos hasta la combinación de colores y la técnica de punteado, el visitante conecta con una tradición viva.
Para quienes planean este tipo de escapadas culturales y desean viajar ligeros, una maleta carry on es la compañera perfecta. Compacta, funcional y fácil de transportar, se adapta idealmente a destinos como este, donde el ritmo es pausado, pero cada momento se convierte en una experiencia memorable.
Naturaleza y leyenda: el cerro de los guachichiles
Los alrededores de Santa María también guardan paisajes sorprendentes. Uno de los más notables es el cerro que alguna vez fue sitio de caza de los guachichiles y refugio revolucionario. Hoy es apreciado por los amantes del senderismo, pues ofrece una de las vistas más amplias del municipio. El ascenso está acompañado por la vegetación típica del semidesierto potosino y la promesa de un paisaje espectacular en la cima.
Gastronomía con alma de campo
Santa María del Río también conquista el paladar. La gastronomía local aprovecha lo mejor del campo: camotes enmielados, muéganos, queso de tuna, nueces de castilla y los famosos dulces de leche con nuez. No puedes irte sin probar la campechana, un pan artesanal típico que se ha vuelto un emblema gastronómico del pueblo.
Ferias, cultura y arquitectura religiosa
Cada año, en la primera quincena de agosto, Santa María celebra con una gran feria dedicada al rebozo. Se realizan pasarelas con diseños únicos, espectáculos culturales, danza folclórica, eventos deportivos y pirotecnia. Es un momento en el que todo el pueblo se viste de tradición.
Entre sus joyas arquitectónicas destaca el templo de la Virgen de la Asunción, parte de un convento franciscano del siglo XVII. De estilo sobrio y cruz latina, su altar mayor resguarda una escultura protegida por vidrieras, así como un Cristo de caña sobre cruz de madera taraceada, reflejando el sincretismo de la religiosidad potosina.
Tras las huellas de la plata
Durante siglos, Santa María del Río fue paso obligado para el transporte de plata desde Cerro de San Pedro. Algunas de las antiguas haciendas mineras aún se pueden visitar: Villa Quemada, Badillo, Labor del Río, Hacienda de Lourdes, entre otras. Estas construcciones ofrecen un vistazo a la vida de la época y alimentan el imaginario con relatos y leyendas que sobreviven en la memoria local.
Aquí, incluso una caminata entre muros antiguos o un relato contado por un guía del pueblo pueden hacerte sentir como parte de otra época. Por eso, al planear tu visita, lo mejor es preparar tu equipaje con lo esencial. Una maleta de mano es perfecta para llevar tus prendas cómodas, alguna libreta para notas o bocetos, tu cámara y, por supuesto, espacio para un rebozo.
Santa María del Río no solo se visita, se vive con cada paso, se teje con cada mirada y se recuerda como un lugar donde la tradición no solo sobrevive, sino florece. Ya sea que viajes por historia, cultura, gastronomía o naturaleza, este Pueblo Mágico te recibirá con los brazos abiertos… y con un rebozo que te envuelve el alma.