En lo profundo de la sierra tabasqueña, Tapijulapa se revela como uno de los lugares más genuinos y encantadores del sureste mexicano. Este Pueblo Mágico de origen zoque, con calles empedradas y casas blancas de techos rojos, parece suspendido en el tiempo. Su tranquilidad lo convierte en un destino perfecto para quienes desean conectar con la naturaleza, aprender de la cultura local y disfrutar en familia de excursiones seguras, llenas de vegetación, historia y sabores únicos.
Aventuras para toda la familia: grutas, cascadas y jardines medicinales
Uno de los mayores atractivos para los más pequeños —y también para los adultos curiosos— son las Grutas de Coconá, a solo 50 minutos del pueblo. Con iluminación y senderos adaptados, permiten un recorrido cómodo por salones naturales donde las estalactitas dibujan figuras como un árbol de Navidad o un monje en oración. El Salón de los Peces Ciegos fascina a todos: un cuerpo de agua subterráneo habitado por especies adaptadas a la oscuridad.
En el Parque Natural Villa Luz, las familias pueden nadar en pozas sulfurosas, conocer un pequeño museo arqueológico o deslizarse en tirolesa sobre ríos cristalinos. Muy cerca está Kolem Jaá, una reserva ecológica con cascadas, pista de obstáculos, tirolesas y hasta un mariposario, ideal para que los niños exploren la selva de manera segura.
Para estas actividades, especialmente en terrenos húmedos o con cambios de temperatura, es recomendable llevar una buena mochila para excursión: resistente, de gran capacidad y adecuada para guardar provisiones, impermeables o botiquín, sin perder la comodidad.
Cultura viva entre ríos y talleres
Tapijulapa está flanqueado por los ríos Oxolotán y Amatán, ideales para paseos en lancha o para refrescarse en sus tranquilas aguas. En sus orillas se pueden admirar árboles como amate y chicozapote, mientras se aprende sobre la geografía de la región.
El Templo de Santiago Apóstol, una iglesia del siglo XVII ubicada en lo alto del pueblo, ofrece una de las vistas más hermosas de Tabasco. En Oxolotán, a poca distancia, el ex Convento de Santo Domingo de Guzmán y su Museo de la Sierra complementan la experiencia cultural.
Pero lo más característico de Tapijulapa es su tradición artesanal. Aquí se trabaja el mutusay, una fibra parecida al mimbre, con la que los artesanos locales crean desde muebles hasta joyería. Visitar talleres como el de Juan Carlos Ortiz permite a las familias ver de cerca cómo se transforma una raíz en objetos únicos.
Sabores del monte: cocina zoque y chol
Para cerrar cada jornada, la gastronomía local ofrece platos llenos de identidad: el mone (carne o pescado envuelto en hoja santa), los pushianes de chipilín, las tlayudas pishul o los caracoles shote en temporada. El restaurante El Sabor de la Sierra es una excelente opción para probar todos estos sabores en un solo lugar.
¿Por qué elegir Tapijulapa para una excursión familiar?
- Tiene recorridos accesibles, naturales y culturales en un solo destino.
- Hay opciones para todas las edades: desde paseos tranquilos hasta aventuras moderadas.
- Es una región segura y poco masificada, ideal para viajar con niños.
- La interacción con la naturaleza se da de forma controlada y educativa.
- Puedes vivir una experiencia auténtica sin salir del país.
Si tu familia busca un destino lleno de aventura ligera, cultura y contacto con la naturaleza, Tapijulapa es un gran punto de partida. No olvides empacar lo esencial en una mochila para excursión, y prepárate para vivir el corazón verde de Tabasco a tu ritmo.