Chignahuapan, en el corazón de la Sierra Norte de Puebla, es un Pueblo Mágico donde el agua y los colores son protagonistas. Lagunas, cascadas y pozas termales se combinan con fachadas vibrantes, festivales ancestrales y una tradición artesanal única: la fabricación de esferas navideñas de vidrio soplado.
El alma de Chignahuapan: la Laguna de los Nueve Manantiales
Chignahuapan debe su nombre a sus nueve manantiales, o “ojos de agua”, que alimentan una laguna central de atmósfera mítica. Este cuerpo de agua no solo es un remanso de paz durante el año, también es el corazón simbólico del Festival de la Luz y la Vida, una celebración del Día de Muertos que honra la ruta prehispánica del alma hacia el Mictlán. Durante el festival, una peregrinación parte del zócalo iluminado por antorchas hasta la laguna, donde se representa un ritual lleno de luces, música y tradición ancestral.
Durante todo el año, se puede pasear en lancha por esta laguna cubierta de nubes reflejadas. En septiembre, se convierte en el escenario del Torneo de Pesca de Trucha, una actividad que reúne a entusiastas de todo el país.
Aventura y adrenalina en el Salto de Quetzalapan
A tan solo unos kilómetros del centro, el Salto de Quetzalapan ofrece un espectáculo natural: una cascada imponente alimentada por el mismo río que nace en la laguna. Aquí, la aventura se vive en todas sus formas: rappel junto al torrente, tirolesas para adultos y niños, un puente colgante, e incluso un cable de alta tensión para los más atrevidos. También se puede acampar y disfrutar de la naturaleza al máximo.
Para este tipo de exploraciones, nada mejor que llevar una cangurera grande como la Safari Café. Su capacidad permite guardar lo esencial —agua, protector solar, snacks, teléfono y más— sin estorbar el movimiento. Su diseño resistente y funcional es ideal para caminatas, recorridos en moto o actividades al aire libre.
Recorridos en cuatrimoto: conoce los caminos del agua
Los alrededores de Chignahuapan están hechos para la aventura. El grupo Monstruos de Agua organiza recorridos en cuatrimoto y motocross que atraviesan barrancas, ríos, cuevas y montañas. Dependiendo del tiempo disponible, estos tours pueden durar desde una hasta siete horas. Durante la Feria Nacional del Árbol y la Esfera, se realiza una ruta especial que permite descubrir rincones ocultos del paisaje serrano.
La Basílica Menor y la imagen monumental de la Inmaculada
El centro del pueblo es coronado por la Basílica Menor de la Inmaculada Concepción, hogar de una de las imágenes religiosas más grandes de América Latina. Con 14 metros de altura y tallada completamente en madera de cedro por los artesanos José Luis y Carmen Silva en los años 60, esta imagen transmite una sensación de acogida espiritual y estética monumental. Su construcción fue posible gracias a la fe y cooperación de la comunidad, liderada por el padre Ildefonso Illescas.
Hacienda de Amoltepec: la ruta del pulque
En las afueras de Chignahuapan, la Hacienda de Amoltepec es una parada obligada para los curiosos del campo, la tradición y el pulque. Este espacio ha rescatado el cultivo del maguey, con técnicas ancestrales como el raspado en luna nueva y la capación en luna recia. Los visitantes pueden aprender del proceso, caminar entre magueyes que tardan hasta una década en madurar, y degustar aguamiel, miel de agave y destilados artesanales. El sitio ofrece también alojamiento en habitaciones coloniales, paseos en bote, cabalgatas y ciclismo de montaña.
Compra esferas todo el año
Aunque la Navidad esté lejos, en Chignahuapan siempre es temporada de esferas. Desde que Rafael Méndez enseñó a los locales a soplar vidrio y decorarlo a mano, la industria creció hasta contar con cientos de talleres. Cada esfera es una obra de arte, y muchas fábricas ofrecen recorridos donde se puede ver el proceso completo, desde el soplado hasta el último pincelazo.
La experiencia mística del Mirador al Mictlán
Una de las atracciones más únicas de Chignahuapan es el Mirador al Mictlán, una experiencia inmersiva y permanente que permite recorrer los nueve niveles del inframundo según la cosmovisión mexica. Al llegar, se encuentra la escultura de Mictlantecuhtli, el Señor de la Tierra de los Muertos, a quien hay que rendir tributo antes de iniciar el recorrido.
Cada sala representa un nivel distinto del Mictlán, permitiendo a los visitantes no solo ver, sino vivir la transición mística del alma. Es una actividad cultural que mezcla historia, espiritualidad y arte, ideal para toda la familia.
Delicias locales: pan, quesos y energía para el camino
Una visita a Chignahuapan no estaría completa sin una parada en la panadería La Condesa, famosa por su pan de higo y el pan de queso. Ambos productos son nutritivos, deliciosos y perfectos para llevar en una lonchera térmica, que ayuda a conservar su frescura durante las caminatas o los recorridos largos.
Gracias a su gel refrigerante reutilizable y sus tres tuppers incluidos, esta lonchera térmica es perfecta para guardar quesos locales, fruta fresca o bocadillos que te acompañen en un día completo de exploración serrana. Es ligera, funcional y diseñada para viajeros que no quieren sacrificar la calidad de sus alimentos, incluso en rutas fuera del camino común.