Introducción
¿La batería de tu celular murió sin explicación?
¿No puedes desmontarlo? ¿No encuentras en las tiendas la pieza que falta para repararlo?
La obsolescencia programada es la práctica intencional de los fabricantes para que los productos dejen de funcionar después de un tiempo determinado. Aunque es normal que los productos se desgasten con el uso, en este caso hablamos de fallas planeadas. Aquí te explicamos más sobre este problema.
El problema
Celulares, computadoras, tabletas, impresoras, electrodomésticos y otros aparatos indispensables para la vida diaria suelen fallar a mediano plazo, aparentemente sin razón. Repararlos puede ser muy costoso o incluso imposible, ya que algunos están diseñados para no ser desmontados o no cuentan con piezas de repuesto.
Los fabricantes planifican deliberadamente la vida útil de sus productos con el objetivo de reducir su funcionalidad y forzar al consumidor a comprar un nuevo modelo. Para lograrlo, recurren a diferentes tipos de obsolescencia:
Tipos de obsolescencia
- Obsolescencia funcional y tecnológica: Ocurre debido a defectos funcionales, averías o incompatibilidades tecnológicas.
- Obsolescencia de calidad: El producto presenta fallas o mal funcionamiento en un periodo corto de tiempo.
- Obsolescencia psicológica: Los consumidores perciben que el producto ya no está a la moda o es tecnológicamente inferior a las nuevas versiones disponibles.
Ejemplo documentado
Se ha comprobado que algunos fabricantes acordaron reducir la vida útil de los focos eléctricos, pasando de 2,500 horas a solo 1,000 horas, con el objetivo de aumentar las ventas.
Diferencia clave
La vida útil de un producto es el tiempo en que funciona de manera óptima antes de desgastarse por uso.
En contraste, la obsolescencia programada es una estrategia deliberada para acortar artificialmente ese tiempo.
Impacto global
Este problema tiene un alcance mundial:
- Una encuesta citada por Consumers International reveló que entre 2013 y 2018 el porcentaje de electrodomésticos defectuosos reemplazados pasó del 3.5% al 8.3%.
- Según la ONU, en 2018 se generaron más de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, equivalentes al peso de 125,000 aviones jumbo o 4,500 Torres Eiffel.
Acciones contra las malas prácticas
En algunos países, como Francia, la obsolescencia programada es un delito. Los fabricantes están obligados a cumplir con criterios de durabilidad y estándares de prueba y verificación.
Ejemplo:
En 2017, la organización francesa Halte à l’Obsolescence Programmée (HOP) demandó a fabricantes como HP, Canon, Brother y Epson por limitar la vida útil de sus impresoras.
En México, instituciones como la Profeco y el IPN trabajan para identificar y combatir estas prácticas en el país.
Una visión circular
Para mitigar este problema, se promueve un modelo de producción de ciclo cerrado, que busca:
- Aumentar la duración de los aparatos.
- Implementar procesos de reciclaje para recuperar materiales valiosos y reducir el impacto ambiental.
¿Qué puedes hacer tú?
- Revisar las etiquetas y garantías antes de comprar.
- Optar por empresas que promuevan la reparación y el reciclaje.
- Llevar tus aparatos en desuso a centros especializados para su correcto manejo.
Conclusión
La obsolescencia programada no solo afecta tu bolsillo, sino también al medio ambiente. Con un consumo responsable y el apoyo a iniciativas de reparación y reciclaje, podemos reducir los efectos de este problema global.