Si te fascinan los ecosistemas salvajes, la fauna exótica y los destinos fuera de lo común, San Blas, en la costa de Nayarit, es para ti. Este Pueblo Mágico no solo presume de tener atardeceres dorados sobre el Pacífico, también te invita a adentrarte en la selva, los manglares y los esteros donde habitan los cocodrilos y muchas otras especies que hacen vibrar a cualquier amante de la naturaleza.
Cocodrilario Kiekari: cerca, pero con respeto
Uno de los puntos más sorprendentes de esta ruta es el Cocodrilario Kiekari, cuyo nombre huichol significa “comunidad”. Aquí podrás observar cocodrilos de río y pantano en su entorno natural, bajo el cuidado de biólogos y guías locales que te explicarán todo sobre su comportamiento, alimentación y hábitat. Además, conviven otras 16 especies como jaguares, venados, guacamayas y coatis.
Todo el recorrido se hace acompañado por expertos, por lo que es ideal para quienes quieren aprender y maravillarse, sin perturbar a los animales.
La Tovara: un estero que te abraza
La experiencia continúa en el Parque Nacional La Tovara, un lugar donde el agua dulce se encuentra con el agua salada, formando un estero lleno de vida. Aquí podrás navegar entre manglares y dejarte envolver por el sonido de las aves, el croar de las ranas y, sí… la mirada sigilosa de algún cocodrilo descansando en la orilla.
Este lugar parece sacado de una película, pero es 100% real, y ofrece una de las experiencias más íntimas con la naturaleza que puedes tener en México.
Aventura ligera: viaja con lo esencial
La mejor forma de recorrer San Blas y sus alrededores es con equipaje ligero y funcional. Lleva una maleta de mano para viajar con lo esencial: ropa cómoda, repelente de insectos, gorra, lentes de sol, protector solar y calzado para senderismo o kayak. Si vas a visitar el Cocodrilario, opta por prendas de manga larga ligeras y ten lista tu cámara, porque los encuentros que tendrás ahí no se repiten dos veces.
Más que cocodrilos: cascadas, playas y cultura
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Salto del Cora: una cascada de 40 metros donde puedes nadar o practicar rapel.
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Bahía Matanchén: extensa, tranquila y perfecta para relajarte después de la aventura.
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Las Islitas y Playa Hermosa: ideales para tomar el sol o probar un pescado zarandeado.
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Fuerte de la Contaduría y la Casa de la Cultura: para los que también disfrutan de la historia.
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Muelle de San Blas: el mejor lugar para cerrar el día con un atardecer frente al mar.
San Blas es un destino vibrante, salvaje y hospitalario. Perfecto para quienes prefieren los caminos rodeados de manglares antes que los resorts todo incluido. Y si lo tuyo son los cocodrilos, aquí te esperan de cerca… pero siempre con respeto y asombro.
Prepara tu maleta de mano para viajar y aventúrate en esta joya nayarita donde cada sendero esconde una historia… y quizá, un par de ojos brillantes bajo el agua.