San Ignacio es un bello pueblo lleno de museos, monumentos e iglesias, rodeado por ríos y arropado por cerros. Desde su belleza colonial hasta sus atractivos naturales, este Pueblo Mágico de Sinaloa tiene todo para hechizar a cualquier tipo de viajero.
Descubre pinturas rupestres, camina por la Plazuela de la Constitución, explora una misteriosa zona arqueológica y llévate a casa una pieza de alfarería única. Esto y más es posible en San Ignacio, un rincón inesperado en el corazón de Sinaloa.
El motivo
La zona arqueológica de Las Labradas resguarda secretos antiguos en la forma de fascinantes petroglifos. Este desarrollo arqueológico turístico cuenta con museo y servicios que hacen más placentera la estancia de los visitantes.
Cerca de San Ignacio se encuentran también los pueblos señoriales de San Javier y Cabazán, ambos con encanto colonial y antiguos edificios. Su gastronomía es otro motivo poderoso para visitar, con platillos como cazuela, cocido de carne de res, colachi, aguachile, pescado zarandeado, ostiones y postres como capirotada, arroz con leche y jamoncillos.
Lo básico
Uno de los espacios más relevantes de este Pueblo Mágico es el Museo del Jaguar, el primero en México dedicado a esta especie. A través de salas interactivas y recorridos naturales, se busca concientizar sobre la conservación de este felino emblemático.
Imprescindibles
- Visitar el Museo de la Cultura Popular y el Museo Comunitario de San Ignacio.
- Subir al Cristo de la Mesa y admirar la vista panorámica del pueblo.
- Probar una capirotada tradicional.
- Pasear por el romántico Callejón del Beso.
- Surfear en Barras de Piaxtla, con olas ideales para los amantes del mar.
- Disfrutar de una caminata tranquila por la Plazuela de la Constitución.
Para jóvenes viajeros, recorrer San Ignacio se vuelve aún más cómodo y con estilo llevando consigo mochilas juveniles. Estas mochilas para adolescentes ofrecen espacio, diseño y practicidad, ideales para guardar desde snacks hasta cámaras o botellas de agua durante un día completo explorando callejones, museos o la playa.
Barras de Piaxtla: la joya secreta del Pacífico
Ubicada sobre la franja costera de San Ignacio, Barras de Piaxtla es un paraíso poco conocido. Este pequeño pueblo pesquero dentro de la Meseta de Cacaxtla se distingue por sus aguas cristalinas, arena dorada y exquisita gastronomía marina.
Si buscas tranquilidad, naturaleza y playas sin multitudes, este es el sitio perfecto para pasar un día entero o incluso acampar. Y si llevas mochilas juveniles con espacio para toalla, cámara y ropa ligera, la experiencia será aún más práctica y divertida.
Historia y arte en cada rincón
El Callejón del Beso es uno de los puntos más visitados en el centro del pueblo. Decorado con luces, murales y poemas, es un rincón romántico que invita a detenerse, contemplar y tomar fotos memorables.
A pocos pasos, el Templo de San Ignacio de Loyola se erige como testimonio de la arquitectura colonial de la región. Fue construido por los jesuitas en el siglo XIX y es sede de las festividades patronales cada 31 de julio.
Las Labradas: un tesoro tallado en piedra
Esta zona arqueológica, abierta al público desde 2012, conserva más de 700 grabados rupestres en rocas volcánicas a orillas del mar. Las figuras humanas, animales y símbolos geométricos talladas en piedra crean un vínculo asombroso entre el pasado prehispánico y la belleza natural de la costa sinaloense.